jueves, 16 de mayo de 2013

Tiempo de ciencia: Tres efectos de la vida sedentaria que deberías conocer


En Tiempo de ciencia hemos hablado de lo que hoy en día, en algunos países, se considera la segunda mayor amenaza de salud pública, solo superada por el consumo de tabaco, se trata del sedentarismo. Y es que aunque el cuerpo humano está diseñado para la actividad física continua, incluso intensa, el ejercicio no suele formar parte del estilo de vida occidental.  De ahí el reciente incremento de enfermedades crónicas como la hipertensión o el dolor de espalda, relacionadas con la falta de actividad física y conocidas también como patologías hipocinéticas (de hipo, ‘falta de’, y cinética, ‘movimiento’)
Estos son tres efectos de llevar una existencia demasiado sedentaria, y nos los han contado Ana Mª Cazalla, Sara Sánchez y Andrés Sánchez de 1º de ESO D que, como siempre, han colaborado estupendamente con nuestro programa semanal.



El primer efecto del sedentarismos es que puede Acortar la vida. Las cifras no dejan lugar a dudas: si a partir de hoy todos decidiéramos pasar 3 horas menos sentados cada día y, simultáneamente, redujésemos el consumo de televisión a un máximo de 2 horas diarias, nuestra vida se prolongaría tres años y medio más, según un estudio basado en 167.000 adultos. Por el contrario, permanecer 6 horas al día frente a la pantalla del televisor reduce la longevidad hasta en 5 años

El segundo efecto del sedentarismo es que Aumenta el apetito. Puede resultar paradójico, pero no lo es. Si permanecemos mucho tiempo inactivos nuestro cuerpo deja de secretar una hormona que, entre otras cosas, se ocupa de que las células de grasa blanca o “grasa mala”, que se acumula y causa obesidad, se conviertan en grasa parda o “grasa buena”.

El tercer y último efecto del sedentarismo es que Reduce la calidad del semen. La fertilidad también puede verse perjudicada cuando nos apoltronamos durante demasiado tiempo en el sillón. Los hombres que llevan una vida sedentaria tienen menos volumen de espermatozoides, son más lentos o más escasos y menos cantidad de testosterona y otras hormonas necesarias para la formación del esperma que aquellos que practican ejercicio moderado.
En fin ya sabéis, que hacer ejercicio físico moderado no solo evita todo lo que os acabamos de decir sino que mejora la productividad en el trabajo, mejora el cociente intelectual, hace que tu cerebro se canse menos y nos ayuda a comer más sano.


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