jueves, 18 de abril de 2013

Sobre moda y mitología en la radio escolar.


Después del espacio radiofónico "Tiempo de ciencia", los alumnos de 4º de ESO D de Latín condujeron el resto del programa de radio con dos secciones: "Sombra aquí, sombra allá" y "Carpe diem". En la primera, las alumnas Rocío Rodríguez, Alejandra Bellido  y Claudia Arriaza nos hablaron  de los zapatos más glamurosos diseñados últimamente por los grandes creadores: Versace, Louis Vuitton, Prada o Manolo Blahnik.



    En la segunda sección los alumnos Julián Barea, Antonio Zamora, Rocío González, David Tejero, Jéssica López y Carmen Gil  hicieron referencia  a las siguientes cuestiones relacionadas con la mitología greco-latina:
¿Sabíais que el nombre de algunos continentes  o el de una de las aves más emblemáticas de la Laguna de los Tollos tienen una fuerte vinculación con la mitología clásica?
Simon Vouet, El rapto de Europa.
Comencemos por la denominación de los continentes Europa, Asia y Oceanía. Según recoge Pierre Grimal en su Diccionario de mitología griega y romana, Europa fue el nombre de varias heroínas: la hija de Ticio, que, con Posidón, engendró a Eufemo; una de las Oceánidas, hija de Océano y Tetis; la madre de Níobe, la esposa de Foroneo; la hija del Nilo, una de las esposas de Dánao; y -la más célebre de todas- la hija de Agenor y Telefasa. Esta última despertó tal pasión en el dios Zeus que este se metamorfoseó en un toro manso y resplandeciente para poder ganar su confianza con el objeto de raptarla y llevársela a la isla de Creta. Ya en Gortina, el padre de todos los dioses la poseyó y como fruto de esta unión nacieron Minos, Sarpedón y Radamantis. 

Océano
También está vinculado con la mitología clásica el nombre de Oceanía, término formado por derivación a partir de  Océano, que era el padre de todos los ríos, la personificación del agua y el primogénito de los Titanes engendrados por Urano y por Gea. Océnao se unió a su hermana Tetis, la madre del famoso Aquiles, fecundando a Asia, quien daría el nombre al continente asiático.  Asia y Japeto serían después los padres de  Atlante  (el gigante que fue castigado por Zeus a sostener la bóveda del mundo) y de Prometeo (el benfactor de la fumanidad que por robar el fuego para ayudar a los mortales sería cruelmente castigado por Zeus).



Y de esta referencias mitológicas  a los nombres de tres de los cinco continentes, nuestros alumnos pasaron a hablar de la relación que existe entre una de las aves más emblemáticas de la Laguna de los Tollos, el flamenco, y el Ave Fénix.

Como sucede con todos los nombres de animales y de plantas, existe una designación para la lengua común y otra para la lengua científica. Así la conocida palmípeda de la Laguna de los Tollos recibe en la lengua común el nombre de "flamenco" y en la lengua científica,el de "Phoenicopterus roseus" .La primera designación, "flamenco", es  un préstamo lingüístico procedente del neerlandés “fleming”, una lengua que se habla en los Países bajos. La segunda designación, la científica, está relacionada con el mito del Ave Fénix, pues el término "phoenicopterus" procede de la unión del sustantivo latino de la tercera declinación "Phoenix-phoenicis" (Ave Fénix) con el sufijo derivativo "-pterus" ("ala"), utilizado por cierto para la formación del sustantivo "helicóptero" o del adjetivo "coleóptero". 

Os recomendams la consulta
de este diccionario de la biblioteca
Según nos cuenta Pierre Grimal en su Diccionario de mitología, el Fénix es un ave originaria de Etiopía, está relacionada en Egipto con el culto al Sol y el primer griego que hizo mención a este ser extraordinario fue Heródoto. Su aspecto era el de un águila, de tamaño considerable, con un plumaje de bellos colores en donde se mezclaban el rojo  fuego, el azul claro, el púrpura y el oro. Según la mitología solo existía un ejemplar de esta especie, de tal manera que cuando sentía la llegada de su muerte, ella misma preparaba una pira con plantas aromáticas para prenderse fuego a sí misma y poder renacer de sus propias cenizas.

Hasta el jueves que viene con más radio. 

No hay comentarios: