jueves, 7 de febrero de 2013

El Senado romano durante la Monarquía y la República


El Senado, de “Senatus” (consejo de ancianos), nació en Roma durante el período de la Monarquía (siglos VIII a VI a.C.), estaba formado incialmente por 100 notables y tenía como funciones fundamentales: el ser un órgano consultivo, ayudar y aconsejar al monarca en su tarea de gobierno, velar por el mantenimiento de las costumbres de los antepasados ("mos maiorum") y asegurar la sucesión pacífica al trono cuando un rey moría, puesto que la Monarquía en Roma no tenía carácter hereditario. Así, cuando esto sucedía se abría un período denominado “interregnum”, en el que el Senado se encargaba de escoger a uno de sus miembros como “interrex” durante el plazo de cinco días, que era el estipulado para la elección del sucesor. Los requisitos que debía tener el candidato al trono eran los siguientes:

  1. El candidato debía contar con el beneplácito de la asamblea del pueblo y del Senado.
  2. Los auspicios que se celebraban para verificar el candidato debían ser favorables.
  3. Los comicios curiados, es decir, el pueblo en asamblea debía dotarle de autoridad legal al conferirle el “imperium”, que era el poder que le capacitaba para aplicar la ley y dirigir las tropas. 

Ceccare Maccari (1840-1919), Cicerón denuncia en el Senado a Catilina
Aunque el Senado fue una institución que nació en la época de la Monarquía, sin embargo alcanzó su esplendor durante la República (siglos VI a I a. C). Pasó entonces a estar formada a mediados de este período por 300 miembros que tenían carácter vitalicio y que ya habían pasado por las magistraturas curules, aportando así una experiencia de gobierno, aunque fueran en distintas competencias.  

El senado estaba formado por los “paters” (los representantes de las familias patricias) y por los “conscripti”, que eran los magistrados curules (cónsules, pretores y ediles). Más tarde, los censores, -que eran los magistrados superiores que elaboraban el censo, confeccionaban la lista de los miembros del Senado ("album senatorium") y tenían el poder de expulsar a los miembros del Senado-, incorporaron a senadores que no habían ejercido magistraturas, los “senatores pedarii”, los cuales podían formar parte de esta institución, pero no tenían el derecho a tomar la palabra.

Cicerón ante el Senado romano. 
Apio Claudio, el ciego, llegando al Senado para pronunciar
un discurso sobre la guerra contra Pirro. 
Durante el período republicano las funciones del Senado fueron: las relaciones exteriores, el culto, las finanzas, el reclutamiento de las legiones, la vigilancia de las magistraturas y la organización de los territorios conquistados.

La autoridad del Senado tenía de positivo que frenaba el abuso de poder de los magistrados, pero tenía de negativo el hecho de que cortaba la libertad de los ciudadanos reunidos en asambleas. Para imponer su criterio, el Senado contaba con dos instrumentos legales: la "auctoritas patrum", que ratificaba las leyes aprobadas por los comicios y que era fundamental para que entraran en vigor; y el "cosilium" o consejo-orden dirigido a los magistrados. Además estaba el "senatus consultum", que eran las resoluciones del Senado de obligado cumplimiento.

El senado romano, imagen de la serie Roma
Conforme fue avanzando la República, el Senado adquirió cada vez más poder: dirigió a través de los cónsules la guerra y de modo general toda la política de la República, asumió el nombramiento de diversos cargos curules, de tal manera que esto implicaba la designación de sus propios miembros, e influyó cada vez más en los censores, que como ya hemos visto eran los magistrados superiores que elaboraban las listas del Senado.  

Como por desgracia suele ocurrir con muchas instituciones políticas que nacieron con un buen fin y con el objeto de frenar los abusos de poder, ella misma terminó por corromperse, traicionando los principios que la sustentaban en su origen.

Nos despedimos con un fragmento de la serie Roma en donde en senador Catón crítica las actuaciones de Julio César en las guerras de las Galias y su abuso de poder.


Deseamos que os haya gustado el tema de hoy.
Hasta la semana que viene con más temas del mundo clásico.
Bibliografía:
Pont Gallego, Conxa; Pellicer Mor, Jose Luis; Marco Gasco, Rosario, (aut.): Manual de Latín de 4º de ESO, Santillana, 2008

4 comentarios:

Unknown dijo...
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Unknown dijo...
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Unknown dijo...

Muy bueno

Unknown dijo...

A