jueves, 14 de febrero de 2013

Cuándo y cómo comían los romanos.


¿Cuántas veces comían los romanos al cabo del día?
Los romanos realizaban prácticamente las mismas comidas que nosotros: en primer lugar, hacían  el desayuno (ientaculum-i) sobre las ocho de la mañana, a base de pan con aceite o vino, miel, queso, frutos secos y fruta fresca;  luego hacían un almuerzo ligero o frugal (prandium-ii) a media mañana a base de frutos secos, fruta del tiempo o legumbres  acompañados de vino; y después -a partir de las tres o cuatro de la tarde (hora novena o décima)- estaba la comida más importante, la  cena (cena-ae), en donde se reunía toda la familia y en ocasiones especiales, los amigos.Además, había otra comida opcional, la “merenda” (merienda), que realizaban sobre todo los campesinos, debido a los esfuerzos que suponía el duro trabajo del campo.

Así pues, la “cena” era la comida de más peso y en donde la posición social marcaba diferencias entre plebeyos y patricios, pues si los primeros se conformaban con una comida bastante austera en donde el alimento básico era el “pulmentum”; los más ricos, disfrutaban de todo tipo de manjares y del lujo en la mesa, hasta tal punto que muchos comían en los banquetes hasta reventar y vomitaban lo ingerido para continuar comiendo.

La “cena” estaba organizada en varias partes y siempre estaba acompañada de abundante y buen vino: la “gustatio”, que eran los entrantes (lechuga, ostras, pescado salado, croquetas o trufas); el primer, segundo y tercer plato mucho más fuerte (prima cena, altera cena y tertia cena); y por último el postre (secunda mensa) a base de dátiles, pasas, frutos y vinos dulces. La “cena” podía prolongarse en la “comissatio”, que era una francachela o un festín con música y danza. En estas ocasiones se disfrutaba de espectáculos que amenizaban la comida, en donde jugaba un papel fundamental el “acroama” (acroama-ae), que era el artista que podía leer, tocar un instrumento o divertir con bufonadas a dichos comensales. Hay que puntualizar que en latín el término “acroama” se utilizaba también con el sentido de “concierto” o “audición”. 

Los modales en la mesa.
Escena de un banquete perteneciente a  la serie "Yo, Claudio" 
Los modales en la mesa eran completamente distintos a los de hoy en día, pues los romanos no utilizaban los cubiertos para comer, sino las puntas de los dedos de la mano derecha,  ya que con la izquierda sujetaban los platos. Debido a esta costumbre, se enjuagaban continuamente las manos en palanganas o aguamaniles,  y se las secaban después en las servilletas ("mappa-ae"), que los invitados traían curiosamente de su propia casa y que podían servir también para llevarse la comida que sobraba, acto que suponía una alabanza para el anfitrión. En este último sentido, las servilletas funcionaban como los "tupperware" actuales que mucha gente utiliza después de los banquetes o cuando van a ciertos bares o restaurantes en donde se permite el llevarse las sobras. 

Con respecto a los cubiertos, se utilizaban el cuchillo (culter-cultri)  para cortar y diferentes tipos de cucharas o espátulas (cochlear-cochlearis o lígula-ligulae) para las comidas líquidas y pastosas como sopas o cremas, o para los caracoles. El tenedor no existía en aquella época, ya que fue una invención posterior, que llegó a Europa en el siglo XI a través de la hija del emperador de Bizancio, Constantino Ducas. Por si no lo sabéis, el tenedor cuando llegó a Europa no fue bien acogido, pues por su parecido al tridente se consideró un instrumento del demonio.  


Un elemento fundamental dentro de los modales que los romanos adoptaban en la mesa, era la posición que adoptaban. Los pobres comían sentados, mientras que los ricos (los patricios) diferenciaban las posturas en función del tipo de comida. En este sentido, cuando los patricios daban grandes banquetes, la costumbre era comer recostados en cualquiera de los tres tipos de los lechos de mesa que existían (“triclinium”, “biclinimun” o “stibadium” (de “stibadium-ii) en forma circular) mientras eran atendidos por sus esclavos.

De estos tres tipos de lechos de mesa, disfrutaban al principio solo los hombres, pues las mujeres o no participaban y comían a parte, o bien permanecían sentadas junto a sus esposos. Sin embargo, a finales del período  republicano y sobre todo en época imperial, a las mujeres de la aristocracia se les permitirá reclinarse en estos lechos de mesa, a los que por cierto, solo se podía acceder una vez que los comensales se lavaban los pies y las manos.   

Como ya dijimos en el programa dedicado al mobiliario romano, los lechos de mesa, normalmente tres, se ubicaban en el comedor (también llamado “triclinimum”) de la “domus” o de la “villa”, y se disponían alrededor de una mesa, siguiendo una estructura prefijada, que determinaba también la disposición de los comensales ("conviva-ae") que se vestían para la ocasión con ropa cómoda ("vestis cenatoria"). La estructura del "triclinium" era la siguiente:

Un dato más sobre el "triclinium": los romanos tenían un "triclinium" de invierno en el interior de la "domus" y otro de verano, que estaba en exterior.

En las costumbres que giran en torno a la mesa, hay que añadir tres detalles más: estaba bien visto eructar, pues era señal de que la comida ofrecida por el anfitrión era buena; era una tradición ofrecer a las divinidades protectoras de la casa, los Lares, comida y vino; y por último, los restos de comida se tiraban al suelo para que los esclavos la recogiera. Sobre esta última costumbre citamos un texto de Ovidio extraído a su vez de la siguiente fuente de internet:  

http://derecoquinaria-sagunt.blogspot.com.es/2010/12/asaroton-oecon.html


"Cuando retiraron esto, un esclavo arremangado limpió
la mesa de arce con un tafetán purpúreo y otro recogió
todos los desperdicios del suelo y lo que pudiera molestar
a los que cenaban".

Ovidio, Sobre una cena en casa de Nasideno.


¿Todos los romanos comían igual?

Pues no, porque toda esta parafernalia a la hora de comer y el uso del “triclinium” era exclusivo de los más pudientes y de los que vivían en una “domus”, pues en las “insulae”  en primer lugar no había espacio para ello, y en segundo lugar no se solía cocinar por miedo a los incendios. Así pues, el resto de la población  comía en las “tabernae” o bien formaba parte de la “plebs frumentaria” que era mantenida por el Estado, como hoy en día ocurre con los comedores de beneficiencia.

Nota:  El término  “ágape” (ágape-es), que se mantiene en la actualidad  como cultismo en nuestra lengua  se utilizó en principio con el sentido de comida en común o de confraternidad, entre los primeros cristianos.   

Deseamos que os haya gustado la sección radiofónica de hoy, hasta la semana.  


Bibliografía:
VVAA: Diccionario ilustrado de latín- español y español-latín, Vox, 2005, pp. 114 y 115.
http://es.wikipedia.org/wiki/Gastronom%C3%ADa_romana
http://www.tarraconensis.com/comidas/comidas.html
http://derecoquinaria-sagunt.blogspot.com.es/2010/12/asaroton-oecon.html

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