viernes, 27 de abril de 2012

Muertos

“Hay que estar a lo que hay que estar” (Lema de la Campaña divulgativa  de la Dirección General de Tráfico del 5 de marzo de 2012)
Es la maldición que no cesa. Cada puente y cada fin de semana, las carreteras se cobran un tributo siniestro. Muertos, lisiados y al final, familias destrozadas. Es la única y cruel verdad. Estamos ensayando de todo, pero con pocos resultados (…). El alcohol y los nervios son los que llevan a las maniobras temerarias, las que ponen en peligro la vida de quien las hace y de los que vienen de frente. Para muestra un botón. El viernes pasado volvía de las Cortes. Eran casi las 20 horas, noche cerrada. Pasado Ceinos de Campos, un automóvil con matrícula de Madrid, en pleno cambio de rasante, adelantó por la izquierda no a uno ni a dos, sino a cuatro vehículos que iban en caravana. El conductor jugó a la ruleta rusa y lo sabía. Por fortuna no venía nadie de frente. De haber sido así, hubiera ocurrido una masacre. Ante tales situaciones, uno lamenta que la Guardia Civil no estuviese allí. Cuando cae la noche, los radares al parecer no son operativos y las patrullas desaparecen. Los desaprensivos aprovechan.
 Pero además del lamento ante la contemplación impotente de tales tropelías, uno se pregunta qué se puede hacer para que las carreteras sean más seguras. Y se me ocurren varias cosas. La primera destinar más recursos al desdoblamiento de vías muy transitadas. Así se elimina al menos la mitad del peligro. Pero no basta, pues hay conductores que, en cuanto entran en una doble vía, sea cual sea su trazado y la densidad del tráfico, se creen en la obligación de ir al límite de las posibilidades de su motor. Creo que los radares son insuficientes. Son máquinas de recaudar y en la mayoría de los casos se ponen en trazados urbanos y dejan sin cubrir los tramos entre pueblos, que es donde se cometen tan graves infracciones […]. Además, hay que ser inflexibles con el alcohol. La tolerancia debería ser “cero, coma, cero” […]. Aquí sí que no se puede ser indulgente. El “si bebes, no conduzcas”, debería tener la inexorabilidad de una ley física, por el conductor y por los demás. Y, por último, hay que concienciar a los conductores a mirar lo que hay debajo del capó del vehículo. También los neumáticos. Nos sorprenderíamos si supiéramos qué poca gente sabe que una presión insuficiente hace que el vehículo “se vaya” en una situación de emergencia. E igualmente, que muchos conductores sólo paran en la gasolinera para repostar, sin preocuparse de nada más, aunque encaren un viaje de cientos de kilómetros. Tampoco se puede descuidar la conducción en ciudad, especialmente en los fines de semana y por la noche. Hay quien “va de retirada” cargado de alcohol y sin dormir. Pues ninguna indulgencia en tales casos. Porque hay una realidad que no se puede cambiar: la gente se mueve mucho los fines de semana. Y es mejor prevenir que lamentar.
                                                
 "Muertos" de Fernando de Arvizu, Diario de León
   PAU  de junio de 2005 Castilla y León 

De nuevo  volvemos con la práctica del comentario de texto encaminado a las Pruebas de Selectividad, y esta vez hemos elegido una PAU que cayó en junio de 2005 en Castilla y León. Ofrecemos como siempre, el Resumen, el Tema y la Estructura deseamos que nuestros alumnos suban sus comentarios críticos en la opción de opinión de este artículo.   


RESUMEN. Las imprudencias de los conductores al volante son la causa fundamental de los accidentes de tráfico que desgraciadamente empañan todos los fines de semana y los puentes nuestras carreteras. Por tal motivo, se plantean medidas para paliar este drama que no parece tener fin.  
TEMA. Los accidentes de tráfico: un problema siempre presente en los puentes y fines de semana.
ESTRUCTURA.
Este texto de Fernando de Arvizu presenta claramente una estructura de problema, causa y solución, que se combina al mismo tiempo con una estructura deductiva, pues la idea principal coincide con el problema y aparece justamente al principio del artículo: todos los fines de semana y los puentes la tragedia llega a nuestras carreteras con los accidentes de tráfico. A partir de aquí el autor analiza las causas: 1) El consumo de alcohol y los “nervios” por querer llegar antes al lugar de destino provocan actos temerarios en la conducción; 2) los desaprensivos del volante se aprovechan de que por la noche los radares son menos operativos y de que la vigilancia de la Guardia Civil disminuye; 3) el número de radares es insuficiente al ser su número mayor en los tramos urbanos que en las carreteras; y 4) desgraciadamente, hay un elevado número de conductores que conduce de manera temeraria no sólo en las vías de doble sentido por los adelantamientos indebidos, sino también en las autovías por el exceso de velocidad. Un vez expuestas las causas, se proponen las posibles soluciones para bajar el índice de siniestralidad: 1) desdoblamiento de las vías de doble sentido, 2) tolerancia cero al consumo del alcohol en carretera, 3) aumento de los radares, 4) mayor concienciación por parte de los conductores a la hora de hacer una puesta a punto de sus vehículos antes de ponerse en carretera, y 5) extremar también la precaución en las ciudades sobre todo los fines de semana por la noche. Finaliza el texto, con una conclusión en la que retoma de nuevo el problema: “Porque hay una realidad que no puede cambiar: la gente se mueve mucho los fines de semana. Y es mejor prevenir que lamentar” .

1 comentario:

Rocío Sánchez dijo...

Estamos ante un artículo de opinión de Fernando de Arvizu publicado en el Diario de León en el que se plantea el problema de los accidentes de tráfico. Es un hecho que acontece los fines de semana y puentes. Cada año muere mucha gente en carreteras.

La principal causa es el alcohol del que el autor hace referencia en el texto, pero además tenemos que añadir bajo los efectos de otras sustancias como las drogas, sobre todo en los jóvenes. Pero también existen muertes por la ausencia del cinturón mediante la conducción. La distracción a causa de los móviles, la música a todo volumen, el GPS... son factores que pueden llevar al accidente. El ir comiendo o fumando también puede provocar una distracción. Hay personas que no toman las medidas de seguridad necesarias con los niños como colocarlos delante sin una silla homologada o en este mismo lugar sin tener el peso o edad suficientes, o no extremar la precaución en función del estado de las carreteras y de las condiciones meteorológicas. Estos son ejemplos de comportamientos irresponsables que agravan los accidentes. Aunque la DGT intente poner medidas para evitar tales cosas siguen muriendo muchísimas personas. Para evitarlo se tendrían que extremar más los controles de alcoholemia, instalar paneles direccionales y elementos de reducción de la velocidad. También, habría que tener en cuenta todo lo relacionado con aumentar la visibilidad en carretera como marcas viales que advierten al conductor, por la vibración que produce en las ruedas, de que está abandonando el carril. Otra posible solución puede ser establecer una zona de seguridad en la que el conductor pueda recuperar el control del automóvil, o en su defecto, detenerlo sin encontrarse con obstáculos.

Por último hay que decir que el texto que estamos comentando es del 2005, y aunque son muy acertadas las propuestas del articulista, han pasado algunos años, y por suerte a pesar del que el drama no ha desaparecido, sí es cierto que en el año 2011 se registraron 1339 víctimas mortales, unas 1000 menos que en 2005. Obviamente la situación ha mejorado, pero entre todos tenemos que seguir luchando por erradicar este problema por completo, pues como dijo Albert Einstein hace bastantes años: “Lo malo no es sólo que haya accidentes de tráfico, sino lo poco que sabemos de por qué se producen y lo poco que hacemos para evitarlos”.