martes, 10 de abril de 2012

Los iberos y la celebración de la primavera.


El yacimiento ibérico de Puente Tablas se encuentra situado a pocos kilómetros de la ciudad de Jaén, se trata de una pequeña ciudad fortificada u “oppidum” de los S. IV y III a.C. Los iberos fueron uno de los pueblos prerromanos de la Península Ibérica, situados a lo largo de toda la costa Mediterránea y con yacimientos arqueológicos importantes en toda Andalucía, destacando, sobre todo, los de la provincia de Jaén. Puente Tablas salió a la luz ya el año pasado, cuando la prensa se hizo eco del hallazgo del primer palacio íbero excavado en Andalucía.
Este año, la segunda fase de investigación en el campo de la Puerta Sur, realizada por el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CAAI) de la Universidad de Jaén, ha arrojado datos desconocidos hasta el momento relacionados con los rituales religiosos iberos. En dicha fase, los investigadores han excavado por completo una puerta de la muralla del siglo IV a.C. situada bajo otra del siglo III a. C. y han descubierto un corredor monumental construido con mampostería de piedra, enmarcado entre dos muros, que en algún punto alcanzan los dos metros de altura, y tiene un recorrido de 15 metros y un ancho de 3,5 metros. Este corredor terminaría en una puerta de madera que cerraría la entrada y de la que se conservan los goznes donde se insertaría. Arturo Ruiz, director del CAAI, ha recalcado que se trata de la primera puerta excavada de esta época en Andalucía.
Pero lo más sorprendente es que hacia la mitad de la puerta, junto a una pequeña capilla lateral, se descubrió un piedra, que al llevarla al laboratorio de restauración se descubrió que estaba tallada y mostraba dos brazos con las manos abiertas sobre el vientre y restos de un posible cinturón, pero cuyo rostro no estaba tallado, es decir se trataba de una estela antropomorfa, una espacie de diosa de la fertilidad. Arturo Ruiz explica: “Hemos encontrado la estela de una divinidad, posiblemente femenina y dedicada a la fertilidad, que estaba rota y tumbada delante de la puerta, aunque se conservaba muy bien el sitio donde tenía su posición original”, ha apuntado el director del CAAI. También se ha documentado la realización de un ritual de sacrificio de un grupo de trece cerdos y tres cabras, probablemente en el caso de las cerdos, se trate de hembras preñadas, según confirma el doctor Riquelme, de la Universidad de Granada, enterradas bajo una cista o caja de piedra, en la que la que se dispusieron posteriormente dos mandíbulas también de cerda, que se cubrieron con dos grandes piedras cúbicas. Podría tratarse de un ritual de fundación ofrecido a la divinidad representada en la piedra.

Por último, se ha constatado que la puerta tiene una orientación al este, que coincide exactamente con la salida del sol en los equinocios, momento en el que llega la luz por la puerta hasta la imagen de la divinidad. Para contrastar experimentalmente esta posibilidad, que está siendo asesorada por el doctor Manuel Pérez, de la Escuela Politécnica de Ávila (Universidad de Salamanca), el equipo arqueológico del CAAI ha levantado un dispositivo que recrea las sombras y luces de la puerta, durante los días 19 y 20 de marzo, reproduciéndose en cartón a escala 1:1 la imagen de la estela para constatar, desde su posición original, la recepción de las primeras luces de la mañana del sol durante los días en torno al equinoccio de primavera, lo que sería indicativo de un rito de celebración a la divinidad, seguramente de fiesta, asociado a la fertilidad y a la agricultura. “Hemos observado cómo el sol sale, pasa justo por el centro de la puerta, y su luz llega a la diosa empezando por la cabeza y terminando por los pies. Luego, la propia puerta provoca que caiga la sombra, por lo que en media hora hemos presenciado la aparición y desaparición de la diosa”, aseguraba Arturo Ruiz. Sobre este rito, el director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica ha explicado que se reproduce en diversos puntos del Mediterráneo, en países como Italia o Grecia, y dentro de la península en la propia provincia de Jaén, en el Santuario Ibero de Castellar, así como en el Próximo Oriente, “porque no hay que olvidar la relación existente con los iberos a través del mundo fenicio”. Los rituales religiosos del mundo íbero han sido siempre todo un enigma. Parece que en este pueblo prevalecía el culto de las divinidades femeninas, de carácter telúrico, aunque también rendían culto al sol y la luna.
Así mismo, se ha referido al también reciente descubrimiento de una inscripción en el Santuario Ibero de las Atalayuelas en Fuerte del Rey (Jaén), dedicada a una divinidad denominada ‘Betato’ o ‘Betatus’. “Se puede tratar de una diosa femenina, con ofrendas como la de Puente Tablas, con el santuario también en la misma fortificación, por lo que muy posiblemente estemos ante la misma divinidad y empezamos a conocer el mundo de la religión ibérica, que hasta ahora nos era desconocido tanto en nombre de dioses, como en ritos dedicados a ellos”, confirmaba Arturo Ruiz.

La intervención de esta segunda fase, como la primera, se ha ejecutado con los fondos del Plan Turístico ‘Viaje al Tiempo de los Iberos”, desarrollado por la Diputación Provincial y la Consejería de Turismo, Comercio y Deportes de la Junta de Andalucía. Una vez concluida la fase de investigación, en los próximos meses se acometerá la de restauración, con el alzado de las dos torres de la puerta, que se desarrollará bajo la dirección del arquitecto Pedro Salmerón Escobar. Próximamente se comenzará a construir un centro de visitantes que ofrecerá información detallada sobre los trabajos desarrollados en esta ciudad íbera, y que se convertirá en uno de los atractivos que se incluirá en la ruta "Viaje al tiempo de los íberos". Este itinerario contará con otras paradas dentro de la provincia, como el Museo Internacional de Arqueología Ibérica, que se construye en la capital, la Ciudad Íbero-Romana de Cástulo, en Linares; la Necrópolis Dinástica de Cerrillo Blanco, en Porcuna; el Santuario Ibérico de la Cueva de la Lobera, en Castellar; la Muralla Íbero-Romana de Ibros; o las Tumbas Principescas de Toya y Hornos, ubicadas en Peal de Becerro.
Elena Toribio

Fuentes bibliográficas:

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