martes, 13 de marzo de 2012

Un paseo por la historia de la Matemática: Mujeres Matemáticas a través de la Historia II

"[...] no me estoy refiendo a casos excepcionales, que como tales no prueban gran cosa, sino a nuestra experiencia media aquí en Göttingen. Sin desear entrar en demasiados detalles, me gustaría simplemente mencionar que en este semestre, por ejemplo, no menos de seis mujeres han asistido a nuestras clases de matemáticas de nivel superior y tutorías, y que en este proceso se han probado continuamente a sí mismas ser iguales a sus colegas masculinos en todo aspecto. El hecho es que, en el presente, todas estas mujeres son estudiantes extranjeras: dos americanas, una inglesa, tres rusas. Pero nadie prentenderá mantener que las otras naciones pudieran tener por naturaleza una habilidad específica de la que nosotros carecemos, en otras palabras, que las mujeres alemanas no podrían lograr lo mismo si recibieran el entrenamiento previo adecuado."

Felix Klein (1849-1925)
Hoy vamos a ver la segunda y última parte de lo que he denominado “Mujeres Matemáticas a través de la historia”, en reconocimiento a la labor matemática de muchas mujeres a lo largo de la historia.

Comenzamos el programa de hoy con la escocesa Mary Fairfax Somerville (1780-1872), matemática y científica escocesa, fue una de las mujeres de su tiempo que con más pasión se dedicó al estudio de las matemáticas y al conocimiento de los avances científicos. Ser mujer supuso una dificultad con la que convivió, sorteando obstáculos con la paciencia y la convicción de quien cree en su trabajo. Pero ni el acceso a la Universidad ni la participación en Asociaciones Científicas le estaba permitido. En sus obras predomina el deseo de contribuir a la divulgación del pensamiento científico del momento. Además, la autora desarrolló las aportaciones matemáticas necesarias para una mejor comprensión de las teorías expuestas. Su estilo, riguroso, sencillo y didáctico, favoreció el enorme éxito de sus trabajos y la consideración de que fue objeto por parte de la comunidad científica en el siglo XIX. Publicó en 1831 la traducción al inglés de la «Mécanique Céleste» de Pierre Simon de Laplace.

Capítulo aparte merecen las astrónomas y las mujeres interesadas en las ciencias de la computación. Me limitaré a mencionar a la inglesa Ada Byron Lovelace (1815-1852). Annabelle Milbanke (1792-1860), madre de Ada Byron Lovelace, había estudiado álgebra, geometría y astronomía con William Frend, un catedrático de Cambrige. La educación de Ada corrió enteramente a cargo de Lady Byron. Ada es considerada por muchos como la primera programadora de la historia por sus trabajos con tarjetas perforadas destinados a la máquina diferencial y a la máquina analítica diseñadas por Charles Babbage. A fin de que Ada pudiera disponer de libros y de trabajos científicos, su marido se hizo elegir miembro de la Royas Society de Londres, cuya biblioteca no permitía el acceso a las mujeres.

Las mujeres no son aceptadas en la vida universitaria hasta la segunda mitad del siglo XIX. Su entrada en el mundo universitario se produce en Suiza en 1860, en Inglaterra en 1870 y en Francia en 1880.

En 1881 se creó en Francia la École Normale Supérieure de jeunes filles. La institución jugó un importante papel en el despertar de vocaciones matemáticas en mujeres francesas. En 1874 Sophia Kovalevskaia (1850-1891) fue la primera mujer en doctorarse en matemáticas. Nacida en el seno de una familia aristocrática rusa, estudió matemáticas en Heidelberg –en 1870- y en Berlín –de 1871 a 1874- bajo la dirección de Karl Weierstrass. Puesto que esta universidad no permitía doctorarse a las mujeres, Weierstrass consiguió por mediación de su amigo matemático Lazarus Fuchs, que ella pudiera doctorarse in absentia por la Universidad de Göttingen, en 1874. Sin embargo, Sophia no obtuvo un puesto fijo hasta que el matemático sueco Gösta Mittag-Leffler pudo conseguirle en 1889 una cátedra en la Universidad de Estocolmo, siendo la primera mujer matemática en alcanzar este rango. En 1890 entró a formar parte de la Academia de Ciencias de San Petersburgo como miembro correspondiente.

Emmy Noether (1892-1935) fue la primera mujer en lograr una habilitación en una universidad alemana: en Göttingen, en 1919. Cuando ya había conseguido su habilitación, David Hilbert tuvo que apoyarla reiteradamente para que pudiera ocupar un cargo en la Universidad. Finalmente, Noether pudo ser nombrada como profesora, cargo que le permitió impartir docencia pero sin remuneración. En 1983, la editorial Springer editó las obras completas de Emmy Noether, dándose este hecho por primera vez en el caso de una mujer.

En nuestros días, si bien el número de mujeres que se doctoran en matemáticas y que después ejercen la docencia e investigación ha crecido espectacularmente, cabe decir que la presencia de mujeres matemáticas en centros de investigación internacionales, en conferencias plenarias de congresos, en comités de congresos y en comités editoriales de revistas de investigación es todavía muy escasa. Ni qué decir tiene que, hasta el presente, ninguna mujer ha conseguido una medalla Fields.



Bibliografía:

1.
Bayert Isant, Pilar: "Mujeres y Matemáticas". LA GACETA DE LA RSME, Vol. 7.1 (2004), Págs. 55–71.

2. http://mym.rsme.es (Mujeres y Matemáticas. Comisión de la Real Sociedad Matemática Española).


Mª Carmen Torres Alonso

Profesora Dpto. de Matemáticas

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