martes, 5 de abril de 2011

Punto Hits



En este pimer martes del mes de abril las efemérides del ámbito técnico-científico que nos ha traído nuestra compañera Concha Román han sido las siguientes:





El 29 de marzo de 1772 muere el científico sueco Emmanuel Swedenborg, quien ha pasado a la historia de las ciencias entre otras cosas por la amplitud de su saber científico y humanístico. Fue encuadernador, hidrógrafo, fisiólogo, astrónomo (fabricó sus propias lentes, su telescopio y su microscopio), relojero, lingüista (hablaba quince lenguas), biógrafo, poeta, editor, psicólogo, filósofo, matemático, geólogo, metalúrgico, botánico, químico, físico, ingeniero en aeronáutica, dibujante, músico (organista), cristalógrafo, maquinista, carpintero, legista, ingeniero de minas, tesorero, cosmólogo, teólogo y gran viajero. Dedicó la primera parte de su vida a la investigación científica y la segunda, a la investigación teológica, psicológica y filosófica con el fin de hacer descubrir a los hombres una espiritualidad racional. http://es.wikipedia.org/wiki/Emanuel_Swedenborg Desde luego fue un hombre extraordinario y merece ser nuestro científico de la semana.

El 30 de marzo de 1559 muere el matemático alemán Adam Ries, uno de los primeros autores de libros didácticos de enseñanza de las matemáticas. http://es.wikipedia.org/wiki/Adam_Ries También un 30 de marzo, pero de 1811 nace el químico e inventor alemán Robert Wilhelm von Bunsen, quien investigó la interacción entre la materia y la energía radiada, y descubrió el cesio (1860) y el rubidio (1861) conjuntamente con Gustav Kirchhoff. http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Bunsen El 31 de marzo de 1596 nace el filósofo, matemático y físico francés René Descartes considerado como el padre de la filosofía moderna, así como uno de los nombres más destacados de la revolución científica. En física está considerado como el creador del mecanicismo, y en matemáticas, de la geometría analítica. http://es.wikipedia.org/wiki/Ren%C3%A9_Descartes

El 2 de abril de 1872 fallece el inventor y pintor estadounidense Samuel Morse conocido por haber inventado el telégrafo con el método clave Morse inventado por él. . http://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Morse


Y ya para finalizar la sección de Tiempo de ciencia, la noticia de la semana podríamos titularla “Las plantas se vengarán esta primavera”:


La primavera es una estación añorada para muchos y odiada por muchos otros que sufren año tras año las temidas alergias, este año se dictamina que si en mayo hace buen tiempo los alérgicos lo pasarán mal, parece que la contaminación y el cambio climático aumentarán la polinización, y, con ella, las alergias. Evidentemente las víctimas serán los aproximadamente seis millones de personas con alergia al polen, según pronostica la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Que haya alergias en primavera es lo habitual, pero su intensidad depende de las condiciones en que han vivido los vegetales los meses previos, y este año ha sido especialmente duro para ellos, porque a las variaciones climatológicas se ha unido una agresión mayor: los casos de mayor contaminación que han registrado las ciudades, donde algunas plantas ornamentales se unen a los pólenes agrícolas como potentes alérgenos. Así, los alérgicos comenzaron a notar los síntomas durante el mes de marzo, "aunque será en abril, mayo y junio cuando estos se agudicen". Algunos consejos que podrían ayudar a sobrellevar de la mejor manera estos días serian: - Conocer el tipo de alergia en concreto que tiene. - Mantener las ventanas cerradas, sobre todo viajando en coche y si es posible usar un filtro anti-polen. - Evitar las actividades al aire libre durante los días de más polinización y de 5 a 10 de la mañana y de 19 a 22 horas por la noche es cuando tiene lugar la producción de polen. - Evitar salir los días con mucho viento y las salidas al campo o la montaña ya que la concentración de polen y plantas es mayor que en la ciudad. - Hacer que la limpieza en casa, en su ropa y en la ropa de cama sea más cuidadosa de lo normal. - y llevar una alimentación sana evitando la ingesta de miel, por ejemplo. Recuerde que toda alergia debe ser tratada por un profesional con medicamentos específicos, así que no dude en consultar con su médico. (EMILIO DE BENITO - Madrid - 03/03/2011)





Del Tiempo de Ciencia saltamos a los Momentos arqueológicos de Elena Toribio que hoy ha dedicado esta preciosa sección a los tesoros tartésicos.

"La semana pasada hablábamos de la mítica Tartessos y de la búsqueda, infructuosa hasta el momento, de su desaparecida capital, que para algunos se hallaría sumergida bajo las arenas de Doñana. Hoy quiero que nos aproximemos un poquito más a lo que fue esa desaparecida civilización que se extendería por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en torno a lo que en el pasado se llamó el lago Ligustino o Tartésico, y que hablemos de dos de sus más famosos “tesoros” encontrados en la provincia de Sevilla: los mal llamados “candelabros “ de oro de Lebrija y el famoso y controvertido Tesoro del Carambolo.

Empecemos por lo más cercano, en abril de 1923 unos trabajadores que estaban sacando arcilla en la zona del castillo en Lebrija encontraron enterrados “a profundidad de muchos metros” en un hoyo rectangular seis grandes objetos de oro que por su forma denominaron ”candelabros”. Estos habrían pertenecido a un templo o santuario tartésico o fenicio que habría existido en época protohistórica en el Cerro del Castillo, dominando la desembocadura del Guadalquivir. El prehistoriador Almagro Basch en la década del 60 llegaría a la conclusión de que habrían servido como soportes para luz o incensarios, es decir, “serían unos thymateria de significación sagradas y origen fenicio”. La aparición en los últimos años de otro objeto similar en manos de un anticuario, ha abierto de nuevo el interés sobre los ya famosos Candelabros de Lebrija. En el año 2003 un artículo de varios autores publicado por el CSIC, cuyo título me he permitido casi copiar en el nombre de este programa, ha aportado nuevos datos y ha llegado a las siguientes conclusiones: “creemos, dicen los autores, que se trata de una serie de piezas de fabricación indígena en los primeros momentos de contacto entre fenicios y tartésicos, hacia el siglo VIlI a.C. En cuanto a su funcionalidad, no se puede seguir aceptando su interpretación como incensarios”, ni cómo candelabros, “sino que fueron la representación anicónica de la divinidad según la mitología fenicia”, es decir, serían una representación de dioses fenicios, pero sin forma humana, hechos por artesanos tartésicos.

Y de este tesoro tartésico pasamos a otro que se descubrió en los alrededores de Sevilla en 1958 en el cerro del Carambolo cuando unos obreros encontraron un brazalete de oro de 24 quilates, un recipiente de barro cocido y una especie de lebrillo que contenía otras piezas, que más tarde serían conocidas como el famoso Tesoro del Carambolo. El profesor Juan de Mata Carriazo lo examinó en esa época y declaró: "El tesoro está formado por 21 piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2.950 gramos. Joyas profusamente decoradas, con un arte fastuoso, a la vez delicado y bárbaro”. Dicho profesor declaró que era un tesoro digno de la riqueza de Argantonio y lo atribuyó a la mítica civilización tartésica. Durante mucho tiempo se pensó que todos estos adornos serían llevados por una sola persona, posiblemente un rey o sacerdote, en algún tipo de ceremonia o ritual. Las últimas excavaciones llevadas a cabo en el Cerro del Carambolo en los últimos años han confirmado la existencia de un importante santuario sobre el cerro, pero, para sorpresa de los arqueólogos, los materiales lo vinculan directamente con los fenicios y no con tartesos.

No estaríamos, por tanto, ante un poblado tartésico indígena, sino ante un santuario dedicado a Baal y Astarté, dos importantes dioses fenicios, construido entre los siglos IX y VI a. C. y vinculado con la colonia fenicia de “Spal” o “Stal”, la actual Sevilla. Por otra parte la exposición que tuvo lugar en el Museo Arqueológico de Sevilla en 2009 para conmemorar los 50 años de la aparición del tesoro, también aportó nuevas sorpresas. Así según Juan Luis Escacena, el tesoro no formaría parte del ajuar de un rey tartésico, sino de un sacerdote fenicio que portaría el collar y los brazaletes, mientras que los llamados “pectorales” y el resto de las piezas, formarían parte de dos conjuntos que adornarían a un toro y una vaca antes de ser sacrificados. Aunque el Tesoro del Carambolo haya dejado de ser la joya de la mítica civilización tartésica, sigue mereciendo la pena visitarlo.

Elena Toribio

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